El pasado 5 de octubre, como cada año, fue el Día Mundial de los Docentes y lo celebramos de la mejor manera posible: trabajando con nuestro alumnado.

La profesión de docente no siempre ha tenido el apoyo institucional del que goza en la actualidad. Gracias a unos materiales que nos prepararon el equipo del museo, pudimos conocer a varias maestras que dedicaron su labor al servicio de la infancia aquí en Elche. Entre ellas destaca María Cruz Álvarez Díaz, maestra nacida en Oviedo que desarrolló su carrera profesional en nuestro municipio, principalmente en la pedanía de Asprillas.

No nos ha dejado indiferentes su testimonio de las condiciones de trabajo en sus inicios. La clase donde se impartían las lecciones era simplemente una habitación de una casa donde podían haber 40 niñas de 4 a 12 años. El agua corriente y la electricidad inexistentes. Las adjudicaciones de centro eran presenciales y en Madrid, teniendo que coger el tren del correo, que circulaba por la noche, para poder presentarse al día siguiente en el colegio de destino. Y es que era una mujer enamorada de su profesión, tanto es así, que se jubiló a los 70 años[1].

Desde aquí, gracias a todas las maestras y maestros que, con su implicación, más allá del deber, han contribuido a tener lo que ahora disfrutamos. Su esfuerzo y su legado sigue vigente y nos da más argumentos, a los docentes actuales, para seguir en la búsqueda de la excelencia educativa.

Autor: Raül Egío, mestre del colegio.